miércoles, 13 de junio de 2007

CALENDARIO MAYA

1. Lo que no es el calendario maya.

El calendario maya no es un horóscopo en el que usted pueda buscar las soluciones fáciles a sus problemas familiares, afectivos o de negocios. Tampoco es un instrumento de magia con el que podemos enterarnos del comportamiento de una persona o de una cosa para controlarla. No se trata tampoco de un sistema de predicción del futuro con el que podamos darnos cuenta de lo que nos va a suceder el día de mañana. Ni la espiritualidad ni el calendario maya pretenden pronosticar el futuro de los acontecimientos desencarnándolos de la realidad y de la condición humana. La espiritualidad maya que se expresa en este sistema calendárico tampoco es para hacer daño a nadie. Muchos usan el calendario para enterarse de las amenazas de sus enemigos y contraatacar con otra acción maléfica. El calendario no debe usarse para encubrir nuestras actitudes destructivas. Sobre todo hay que evitar acercarse a la espiritualidad maya por mera curiosidad porque no se trata de un espectáculo envuelto de cierto esoterismo. El calendario maya tampoco es un recordatorio de efemérides o fechas para marcar cumpleaños y fiestas. Tampoco es un simple instrumento que deba servirnos como agenda o memorándum. Hoy en día muchas instituciones publicamos agendas incluyendo el calendario maya; eso es algo positivo en cuanto que sirve para promover el rescate y uso de la cuenta de los días. Pero pronto también debemos buscar promover el verdadero sentido de su uso. Muchos se acercan al calendario en busca de algo misterioso y con cierta morbosidad. Si nos acercamos al conocimiento del calendario de este pueblo con esa actitud tan pobre y miserable, estamos profanando la herencia sagrada de nuestros abuelos y abuelas. Si usted se acerca al calendario maya, que contiene parte de la espiritualidad de este pueblo, con ese prejuicio, va por camino equivocado. Porque estas actitudes resultan siendo una burla y ofensa para el pueblo maya que ha enriquecido a toda la sociedad con su cultura y con su fe.

2. El calendario maya: las cuentas de Dios.

Este calendario es el sistema más perfecto de cuenta del tiempo que compartieron los pueblos mesoamericanos, es el sistema que señala los ciclos más importantes en la actividad del pueblo maya, es el sistema que refleja su visión del mundo, de Dios y de la persona. Pero sobre todo, el calendario es un sistema de carácter sagrado que los mayas tienen para mantener el equilibrio en la relación persona-persona, persona-naturaleza y persona-Dios. Es un “método de espiritualidad” que los mayas han heredado de sus antepasados y han transmitido celosamente de generación en generación. El calendario es también un ciclo que marca la vida ritual y de “dirección espiritual” de las familias y los pueblos. Entrar en el conocimiento del calendario maya nos permitirá entrar en la cosmovisión de su pueblo.

El objetivo de este curso es rescatar lo que la memoria de nuestros abuelos y nuestras abuelas ha conservado durante siglos para ayudar a aquellas personas que desean y buscan la paz para sí mismas, para los demás y para nuestro pueblo. Con este curso-taller también queremos dar a conocer esta guía espiritual y de discernimiento para que nos ayude a comprender y servir mejor a este pueblo. Si nos inclinamos a beber de esta fuente de espiritualidad del pueblo, los que no somos mayas seremos capaces de solidarizarnos más con él y los que somos, seremos más capaces de defender nuestros derechos y de luchar por la construcción de nuestra nacionalidad.

Este curso que explica el significado de cada día del calendario no es el resultado de una investigación bibliográfica (aunque fue necesaria también), se ha estructurado a base del conocimiento que nos da el contacto con chuchqajaw: ancianas y ancianos guías de nuestras comunidades, seleccionados por su honestidad y servicio desinteresado. Muchas de las conceptos que queremos compartir con ustedes no siempre coinciden con lo que uno lee en los libros de antropología, arqueología o historia. Lo que aquí queremos comunicar es nuestra propia experiencia en el uso que se da en nuestras comunidades. Muchos de los términos usados serán en el idioma k’iche’ porque sólo abarca lo que conocemos de nuestra área. Algunos nombres o términos están traducidos al castellano con la única finalidad de que se pueda saber el sentido, aunque no siempre pueda expresarse con fidelidad porque una traducción siempre pierde algo de su sentido original. Por eso, para algunos no familiarizados con el lenguaje del indígena, les parecerá extraño la constante reiteración y la alusión a elementos al perecer tan triviales, como pueden ser los sueños, las contracciones musculares, los cambios climatológicos, que para el mundo maya tienen un profundo significado de lenguaje adivinatorio en el sentido estricto de la palabra: lenguaje divino. Adivinación no debe entenderse en el sentido de magia, sino en su sentido correcto: ad divinis (de las cosas divinas). Adivinar no es buscar simplemente la “suerte”, sino la voluntad de Dios, las cosas de Dios. El uso del calendario es pues un método de discernimiento encaminado a buscar la voluntad de Dios (cfr. Hechos 1,23-26).

3. El calendario: conocimiento científico.

Por lo que conocemos de su escultura, de su pintura y de su cerámica, aparece bien claro que el pueblo maya desarrolló el más completo sistema de escritura del continente. No usaron signos representando sonidos como en la escritura que nosotros conocemos ahora. El signo “A” representa un sonido, y sólo unido a otros signos se puede escribir un significado lingüístico que represente una idea. Los mayas no escribieron como nosotros. Ellos lo hicieron a través de dibujos que representaron ideas, por eso se llama a esta forma de escribir escritura ideográfica. Con esta escritura por medio de imágenes escribieron la historia, los nombres de sus antepasados, textos médicos, estudios de plantas y animales, informaciones de calendarios, tratados de aritmética y estudios del sol, la luna y las estrellas (astronomía).

Escribieron en piedras, en los muros de los templos y en códices, "libros" hechos con una especie de papel sacado de la corteza del amate. El texto más antiguo conocido hoy es el códice de Dresde, que se escribió por el año 1200 y es un tratado de adivinación y astronomía. El desarrollo de la aritmética, o de la manera de contar, fue clave para el mejor conocimiento del calendario y para el desarrollo de la astronomía. Tomaron el número 20 como unidad básica en su cuenta. Veinte se dice en k’iche’ juwinaq (una persona) debido a los veinte dedos que la persona tiene en total en sus manos y pies. Decir veinte es decir una persona completa o cabal (jun tz’aqatalaj winaq). Para escribir los números se sirvieron del punto (estrella), que indica la unidad, y de la línea (caña), que tiene un valor de cinco. Según este método, a cuatro puntos sigue una barra con la que se cuenta el 5 y, mediante su combinación, se puede contar hasta 19. Una concha expresaba el concepto de cero, que se usa sólo para indicar en el número 20 el cambio a un nuevo nivel vigesimal.
Para hacer anotaciones superiores simplemente había que jugar con la posición de arriba a abajo de los signos, de manera que cada nivel tenía que ser multiplicado por 20 según el sistema vigesimal: Por ejemplo:
El número 10,025, por ejemplo, lo expresaban con un punto (=1) del nivel de 8,000 (1 x 8,000 = 8,000) una barra (=5) del nivel de 400 (5 x 400 = 2,000), un punto en el nivel de 20 (1 x 20 = 20) y una barra (=5), del nivel de 1 (5 x 1 = 5). Estas cantidades sumadas dan un total de: 10,025.

Con este mismo sistema numérico, nuestros antepasados desarrollaron su conocimiento del calendario. Brevemente veamos lo más importante sobre el calendario. Tienen tres maneras de contar el tiempo:

Una es el Choltun, una cuenta larga para llevar el registro de los años transcurridos desde el principio del recuento del tiempo maya, el 11 de agosto del año 3114 antes de Cristo, y para registrar o contar el tiempo de fenómenos astronómicos. La unidad básica del calendario maya es el día: kin o q'ij. El segundo nivel de unidades es el winal o winaq, compuesto de 20 q'ij. El tercer nivel debería ser 400 (20 x 20 x 1), según el sistema vigesimal descrito arriba, pero al llegar a esta cuenta los mayas hicieron una variante de cálculo. El tercer nivel de unidades, el tun, está formado por 18 winal o winaq equivalentes a 360 q'ij (1 x 20 x 18). El cuarto nivel de unidades, el k'atun, está formado por 20 tun equivalente a 7,200 q'ij (1 x 20 x 18 x 20), o sea 20 años de 360 días, sin contar los 5 días complementarios de cada año. El quinto nivel, b'aqtun, está formado por 20 k'atun equivalente a 144,000 q'ij (1 x 20 x 18 x 20 x 20), o sea 400 años, y así sucesivamente. Después del tercer nivel, en la cuenta de los años, la unidad tiene una progresión uniforme de 20, ajustándose al sistema aritmético vigesimal, como se puede observar en la siguiente tabla:
Otra manera es el Cholab', calendario con el que se lleva la cuenta del año astronómico o solar. Fue calculado con una duración de 365 días. Está organizado en 18 períodos de 20 días cada uno, y uno más de 5 días complementarios:

Por el tiempo transcurrido y por todas las penalidades por las que ha pasado el pueblo maya, muy pocas comunidades conservan este calendario en la actualidad. En Santa María Chiquimula muchas familias aún celebran el k’ak’ junab’ o año nuevo de este calendario, con una fiesta familiar en la que comparten el ub'en, una especie de tamal hecho de varias capas de frijol y de masa de maíz que se pasa cuatro veces por la piedra de moler y que evocan los cuatro días más importantes del año: E, No'j, Iq' y Kiej, que son a la vez los cuatro eqemal junab' o cargadores, sobre los cuales recae el cuidado de un año alternadamente.

La tercera manera, el Tzolkin o Cholq'ij, es el calendario de la cuenta corta o calendario lunar. Consta de 260 días (trece veces veinte, trece veces una persona, que se reconocen o se cuentan en rotación nominal, cada unidad es de veinte días cuyos signos y nombres son:
Es decir, una rotación nominal completa equivale a estos 20 nombres. Además, a dicha rotación se le añade un número del uno al trece, lo que se llama rotación numeral.

Así, combinadas las dos rotaciones, se lleva la cuenta del calendario sagrado que comienza con el Wajxaqib' B'atz' (ocho hilo o mono), año nuevo lunar. Este calendario, al llevar la cuenta de los días del ciclo lunar, se usa para determinar los estados de la luna y por lo tanto los ciclos de siembras y de cosechas, de fenómenos naturales como la lluvia, el frío, el calor, la sequía, etc. Además de servir como medición del tiempo, es también un instrumento para consultar las “predestinaciones” de las personas, para conocer estados espirituales, etc., ya que a cada día se le adjudica un poder espiritual “positivo” o “negativo”, dependiendo de la combinación del nombre con el número. Cada uno de estos días está representado por un jeroglífico o imagen que representa el nombre; por ejemplo el día tz’i’ se representa con la imagen de un perro. También a cada día le corresponde un nawal, o fuerza o espíritu de Dios que protege a la persona o al día y que también está representado de alguna manera con el signo.

4. Los calendarios maya y azteca: dos rostros de un mismo corazón.

Decíamos al inicio que los pueblos mesoamericanos compartieron muchos elementos de sus culturas. Ente estos elementos destaca el uso de un calendario basado en los mismos cálculos matemáticos, la misma simbología y una misma espiritualidad. Aunque no pretendemos entrar en muchos detalles, sólo indicamos que el calendario azteca está basado en el mismo sistema del calendario maya: un calendario “solar” de cuenta larga con 365 días y otro “lunar” de 260. El calendario lunar o agrícola también está basado en una cuenta nominal de 20 días y en una numeral de 13. Muchos de los días coinciden hasta en el nombre, en el orden y en el simbolismo:
5. El Dios de nuestros abuelos y de nuestras abuelas.

No se puede hablar del calendario maya sin abordar el tema de la concepción que este pueblo tiene de Dios. La religión, como el calendario, las ciencias y las artes del hombre maya, no son algo original o aislado, sino que nacen del largo pasado de los pueblos de América, del cual se fueron generando numerosas maneras de ver la realidad. Todas comparten algunos rasgos comunes. Es importante señalar que tanto el calendario maya como el azteca tienen la misma base en el perfecto sistema vigesimal que estos pueblos desarrollaron y compartieron. Esto mismo sucede con la concepción del mundo y de Dios. El sistema de creencias es algo en lo que más se parecen los diferentes pueblos de América.

Según nuestros antepasados, el espacio es entendido como algo continuo entre el Cielo, la Tierra y el Inframundo. El cielo está compuesto por 13 capas, cada una regida por un Dios, y todas las divinidades forman un grupo llamado Oxlajujtiku. La divinidad que rige el Cielo en su conjunto es Itzamna’. El espacio intermedio entre el Cielo y el Inframundo es la Tierra que se levanta como una capa más que apenas se puede mirar. Debajo de la Tierra hay nueve pisos del Inframundo, también presididos cada uno por uno de los Nueve Señores de la Noche, que forman el grupo de los B’elejtiku.

Cada esquina de los niveles que forman el universo está señalada por un punto cardinal y un color determinado, que influyen en los aspectos que presentan la acción de Dios en el mundo. De esta manera, el rojo se relaciona con el oriente y representa la salida del sol (Relb'al Q'ij), o el nacimiento de Dios; el negro con el poniente y representa la caída del sol (Qajb'al Q'ij), o la muerte de Dios. Este paso de oriente a poniente es el camino que recorre Dios. Curiosamente, el rojo y el negro son los colores del traje de la mujer de Santa María Chiquimula y de muchos de los trajes del altiplano. El güipil rojo lleva bordado un sol naciente en el cuello y el corte negro también lleva bordado un arco iris.
El blanco, al norte, representa el lado del cielo (Uxukut Kaj), o la vida del hombre. Allá está Tula (Tulán), el origen de los pueblos mayas, de allá vinieron sus abuelos y sus abuelas. El amarillo, al sur, representa el lado de la tierra (Uxukut Ulew) o muerte del hombre. Es el color de las candelas para los difuntos, el color de la flor de muerto[1]. Este paso del norte al sur es el camino del hombre. Según el Pop Wuj, de maíz blanco y de maíz amarillo fueron hechas las carnes de nuestros padres. El camino-vida del hombre está hecho de vida y de muerte igual que la de Dios. Dios conoce la muerte porque es el creador de la Vida, y conoce la vida porque ha pasado por la muerte[2]. Del encuentro de estos dos caminos surge Corazón del Cielo-Corazón de la Tierra, que se representan con los colores azul y verde respectivamente. El centro está gobernado por el Azul, y representa al lugar donde está Itzamna’. Es el Corazón del Cielo (Uk'u'x Kaj). Otro color que gobierna el centro es el verde, y fue concebido como el lugar de la gran seiba, el árbol sagrado que unía el Cielo con el Inframundo; es el Corazón de la Tierra (Uk'u'x Ulew). Aquí en el centro está el hombre, que participa de la vida y naturaleza de Dios[3], y Dios que participa de la naturaleza humana[4].

Se ha dicho que los mayas, al igual que los otros pueblos de América eran politeístas, es decir, que tenían muchos dioses. Decir eso es decir que también los cristianos somos idólatras y que tenemos muchos dioses aunque digamos que creemos que hay sólo uno. Decimos que Dios es Padre, Hijo y Espíritu y al entender a Dios así no estamos diciendo que son tres dioses, sino tres manifestaciones o acciones (personas) de Dios en la Historia. Veneramos a la Virgen de Guadalupe, a la del Carmen, a la de Fátima y muchas más. No decimos con eso que son personas distintas, sino que es la misma persona de María, la madre de Jesús, que se manifiesta de formas diferentes. De igual modo, nuestros antepasados no tenían muchos dioses, creían en un único Dios, Creador y Hacedor de todas las criaturas. Sólo que veían y reconocían a Dios en distintas manifestaciones, distintas acciones de Dios en los acontecimientos de la vida, en la historia y en la creación.

Junto a Itzamna’, Ixchel, la madre luna, fue la manifestación de Dios-Madre que más veneración tuvo en el culto de nuestros antepasados. Los héroes gemelos del Pop Wuj, Jun Ajpu e Ixb’alamqe quienes derrotaron a los príncipes de Xib'alb'a, Jun Keme y Wuqub' Keme, fueron también venerados por nuestros antepasados como personajes unidos a Corazón del Cielo-Corazón de la Tierra. Algo así como los santos.

Además del culto oficial de las diferentes manifestaciones de Dios, existe un culto generalizado a acciones divinas más vinculadas a los quehaceres domésticos o a elementos de uso popular: Dios que se nos manifiesta en el maíz, en el tejido, en el parto, en el fuego, en el comercio, etc. También existe un sistema de creencias en torno a los difuntos que son considerados como espíritus que están en relación con el mundo de la divinidad. Por eso, muchos de los gobernantes de los antiguos mayas se hicieron representar junto a sus antepasados, con lo cual pasaban también a formar parte de la divinidad. El rey, a la hora de su muerte, era identificado con Dios y con la acción divina, por eso buena parte del culto era promovido por el estado.

6. La religión maya: no sólo de pan vive el hombre ni sólo de pom vive Dios.

Este elaborado y diversificado pensamiento religioso, tejido lenta y cuidadosamente por la jerarquía, tuvo su manifestación máxima en un complicado ritual. El encargado de transmitirlo e interpretarlo fue un grupo de élite sacerdotal que elaboró un ceremonial muy complejo, mediante el cual las divinidades transmitían sus intenciones al resto de la sociedad. Para ello habían de guardar normas muy rígidas que les permitían alcanzar un estado de pureza ritual, perdido normalmente en su práctica diaria con la comunidad. Por eso antes de la celebración de los ritos, según la importancia de la ceremonia, tenían que realizar ayunos, abstenerse de la relación sexual y recibir baños purificadores en el tuj. También tenían que quemar copal para purificar el ambiente, tomar drogas alucinógenas y aislarse del resto de la población. Sólo de esta manera el sacerdote podía obtener unas condiciones mentales que le hacían posible comunicarse con la divinidad.

También se practicó el ceremonial de sangre y, sobre todo, las ceremonias de autosacrificio de los miembros más importantes de la población. El maíz, el agua y la sangre eran considerados como elementos vitales. En la manera de pensar de nuestros antepasados, es lo único que genera vida y, por tanto, el mejor alimento que se puede ofrecer a Dios, quien a su vez se encarga de dar vida a los hombres. Pero al igual que en el tipo de manifestaciones divinas, además de las ceremonias oficiales existía una gran actividad ritual para todos los acontecimientos de la vida de nuestros antepasados. Toda la actividad diaria estaba marcada con la presencia de oraciones y ceremonias para ofrecer a Dios el agradecimiento diario, la petición de protección o defensa de los enemigos, el permiso para hacer uso de la naturaleza, etc. Lo mismo que para la celebración de los rituales oficiales existía una clase sacerdotal ligada al poder, había también una gran cantidad de "sacerdotes" domésticos y populares que servían al pueblo en sus necesidades de presentar sus agradecimientos o peticiones a Dios. Este es el sacerdocio que ha permanecido hasta nuestros días, lo que hoy llamamos: chuchqajaw, que son los ministros de la religión del pueblo o la religiosidad popular.

La originaria religión del antiguo pueblo maya entró en una crisis debido a tres razones: En primer lugar, la religión se complicó al querer justificar la presencia de una sociedad organizada con diferencias de clase basadas en el poder y la riqueza. Es muy probable que la crisis se agravara cuando los gobernantes se empezaron a identificar con Dios y empezaron a grabar su imagen en sus varas de autoridad. Esta identificación fue usada por los gobernantes para igualar el universo creado por Dios con su poder político en la tierra. Con ello se hizo más grande la distancia entre la jerarquía y el resto de la comunidad.

El segundo problema con el que se enfrentó el grupo dirigente y la comunidad fue resolver una gran dificultad: la muerte. Con este fin nació una rica variedad de creencias y prácticas ceremoniales que pretendían dar explicación sobre el más allá. La muerte era considerada como objeto de culto y veneración. Pero la realidad era que la mortalidad en el mundo maya era muy grande. Debido a las pestes de enfermedades desconocidas, a las guerras y a los fenómenos naturales, miles de muertes dejaban los pueblos vacíos. Por lo tanto, una religión que proclamaba la vida, no podía quedarse en la contemplación eterna de la muerte.

El tercer elemento de crisis fue que el sistema religioso maya tuvo su desarrollo junto al resto de conocimientos científicos, en especial junto a aquellos que hacían referencia al tiempo y a la ordenación del universo. Al decaer estas ciencias, la religión también fue perdiendo la fuerza. Las ciencias estaban en manos de las clases sociales dirigentes, por lo tanto al caer el poder político, se perdió la continuidad de ese nivel científico. Aunque hay que decir que el conocimiento popular siguió su camino hasta nuestros días, lo mismo que el sistema religioso y cultual.

Estas expresiones de la religiosidad popular son las que nos han llegado hasta estos días. Con esto no se quiere decir que no tiene fundamento científico el sistema actual de contar los días y de interpretarlos. Este conocimiento se ha transmitido fielmente de generación en generación por cientos de años. Este es el conocimiento calendárico y espiritual que hemos descubierto en este pueblo de Santa María Chiquimula y que hemos querido poner en las manos de ustedes. Que Dios Madre-Padre nos lleve por sus caminos y de su mano.

7. La cuenta nominal: el sentido de los nombres.

A B’atz’: Hilo-Mono. El Hilo es la base de un tejido, de lo simple se va creando la belleza y complejidad de un tejido. Originariamente toda mujer era creadora de su propio vestuario y en él plasmaba la cosmovisión de su entorno: su casa, su visión de Dios, su visión del mundo, de la naturaleza, de los animales. El Mono, según la memoria del Pop Wuj, originariamente fue el hombre quien por su orgullo, celos y rebeldía ante Dios, se convirtió en animal. Es el signo de la degradación humana, de la búsqueda y reconquista de la perfección.

B E: Camino-Tierra. Camino, es el inicio de la vida de la persona, de los animales; ellos buscan y hacen su camino. Es el lugar donde están guardadas la historia: del corazón, de la palabra y del pensamiento humano, de los animales y de las aves. Tierra, es nuestra querida Madre que es persona; ella nos levanta el ánimo, nos despierta, nos comunica en nuestro sueño lo que va a suceder en el camino de nuestro pueblo. Ella no está sola, tiene también su palabra, nos dice, nos comunica los acontecimientos de nuestra vida; la vida que nos la ha dado desde el inicio del Sol y del la Claridad. ¡Ah! Ella nos sustenta con la fuerza de su corazón, por eso cuando nos morimos volvemos en sus entrañas.

C Aj: Caña. Es el signo de la autoridad representada en los servicios que la persona debe asumir para no sólo servir la pueblo, sino mantener la armonía, la solidaridad, el consenso y la dignidad humana. Aj, también es una partícula que sirve de posesión en las expresiones K’iche’, que al agregar a un sustantivo expresa una profesión, servicio.

D I’x: Fuerza, Es el espíritu del corazón de Dios y de los antepasados que se manifiesta en las montañas y llanuras; por eso cuando una persona va a la montaña de malas ganas, queda ahí su corazón, ya no tendrá la misma fuerza, será dada a otra persona que busca el alimento, la valentía de su corazón.

E Tz’ikin: Pájaro. Todos los animales tienen su palabra, hablan, llaman a la Madre Lluvia, también nos comunica lo bueno y lo malo que nos puede ocurrir en nuestra vida; esto nos ayuda a reconciliarnos con nosotros mismos, con nuestros seres queridos. Ayuda a hacer un recuento de toda una historia. Cada grito, cada aullido del coyote, del perro, cada canto del tecolote, del gorrión, cada movimiento de la serpiente nos dice algo de nuestra vida, de nuestra siembra, de los cambios climáticos de la naturaleza, de la vida de nuestra familia, de nuestro pueblo, etc.

F Ajmaq: Pecado. Es el signo de las malas acciones y pensamientos de una persona, porque a través estos nace la sabiduría de otra persona; como existe una sola mamá, un solo papá, nos despertamos el corazón entre nosotros mismos, porque la persona está en continua crecimiento. Si no existiera desorden, disgusto, hambre y sed; si todo estuviera al alcance no nos acordaríamos de nuestra mamá y de nuestro papá, tendríamos dormido nuestros corazones, lo dejaríamos podrir, no serviríamos para nada, no crecería nuestro corazón ni nuestro pensamiento.

G No’j: Sabiduría. Es la compañera, la que platica con los movimientos de la sangre en todo el cuerpo humano, es la que con los movimientos de la sangre del mismo cuerpo ayuda a leer la vida de una familia, de la comunidad y del pueblo, porque los movimientos de la sangre avisan, entregan su mensaje a la sabiduría para que con la palabra se alienta, se orienta la vida de las personas que necesitan acompañamiento.

H Tijax: Tormenta La lluvia, son lágrimas de difuntos y de Dios que derraman sobre la Madre Tierra, para alimentar a los hijos e hijas; también es el agua que usa la naturaleza para bañarse, entonces, cuando hay relámpago y truenos es que el abuelo y el último hijo (ch’i’p), salen a pasear sobre la tierra para mirar a sus hijos e hijas: cómo están, cómo reciben a la Madre Lluvia. Entonces, cuando hay familias que no respetan, no reciben con amor a la Madre Lluvia el último hijo se enoja, truena y dispara con su fuerza a cualquier lado, es por eso que mueren a veces algunas persona; nos asusta mucho, ¡claro! porque nosotros no lo respetamos, no le damos su lugar. En cambio, cuando es un trueno lento es que el Abuelo nos está recordando que debemos tener precaución de nuestros quehaceres.

I Kawoq: Mujer. Es la confianza, con ella se platica más fácil que con el papá, porque tiene más tierna su corazón; conoce el corazón de su hijo desde que está en su vientre. Ella presiente en los pezones, en el vientre, en los ojos, en el corazón y en los labios cuando sufre su hijo y cuando viene en camino una alegría. Con nuestra mamá platicamos libremente todo lo que nos sucede en la vida, es intercesora de la relación con nuestro papá. La mayoría de las mujeres tiene un gran compromiso con su pueblo; son comadronas, hueseras, curanderas, chuchqajaw ayuda a su gente sin condición alguna. Ella es la hija de Dios, es como nuestra Tierra.

J Ajpu: Cerbatanero. Cerbataneros, según la memoria del Pop Wuj, originariamente fueron los gemelos que con su corazón puesto en el Corazón del Cielo-Corazón de la Tierra, vencieron con su inteligencia el orgullo, los celos y la rebeldía de Jun B’atz’ y Jun Chowen. Jun Ajpu-Ixab’alamqe, cazadores, jugadores de pelota, sembradores que hablaron con los animales, con la naturaleza, con los espíritus ancestrales para vencer a Wuqub’ Kakix, falso sol; con el arte del juego de pelota de gaucho resiste a las pruebas de Xib’alb’a; con su muerte y el modo de revelarse a través de la danza a Dios Credor-Hacedor de la vida borra, hace agua del orgullo de los de Xib’alb’a.

K Imox: Locura-Zurdo. Locura, es igual al viento, no tiene dirección, no se sabe de donde viene y hacia donde se dirige; sólo se siente que nos acaricia y nos refresca el corazón. Es la parte sagrada que la persona tiene, los movimientos de la sangre que percibe un chuchqajaw en la parte izquierda del cuerpo es signo de totalidad, quiere decir que todo está completo, que no ya no hay nada que hacer del un enfermo. Y si es por un trabajo que la persona quiere conseguir se le concederá. En K’iche’ decimos loco a las personas que actúan con valor para afrontar ó defender a otra persona de un problema delicado, cuando quiere de verdad a la gente, se hace y se siente miembro de una comunidad distinta a la suya, cuando no deja para mañana lo que tenga que hacer hoy, cuando trata por igual a ricos y pobres en una ceremonia. A Dios le entró la locura en su corazón porque creó muchas cosas e hizo tres repaso para que se formara el cuerpo de la persona; dio su propia vida por nosotros.

L Iq’: Viento. El Frío y el Viento, es el Corazón del Cielo, es la casa de la justicia, es el lugar donde bailan los espíritus de todos nuestros difuntos desde el comienzo de la Creación. Ahí lloran, ahí cantan de alegría, ahí gimen, ahí silban, ahí ke’la’lat wi (tararean) sus corazones. Aquí los espíritus de nuestros difuntos dan dirección al Viento, porque cuatro veces nos vigilan de día y de noche, nos circulan en forma de Cruz para que los malos espíritus no lleguen a dormir en nuestros corazones. Es el secretario, anota todo lo que decimos, todo lo que hacemos, rápido expone su trabajo cuando se reúnen nuestros difuntos, Dios, el espíritu de los animales y de las montañas y llanuras; porque nosotros no estamos sueltos, aunque digamos que nadie ve por nosotros, eso no es verdad, nosotros no nos dejamos cuidar.

M Aq’ab’al: Aurora-Amanecer. Es la salida de papá sol, sale rojo, rojo a mirar su Tierra, mira los corazones de sus flores, retoños-retoñas de su vida; abre su corazón a la Tierra para abrazar tiernamente las montañas y llanuras. Papá sol nace de la tierra, se asoma para mirar todo lo que hay en ella. ¡Ah! y cuando se cae el sol y pinta de rojo el cielo decimos que Dios llegó muy enojado, lleva la maldad humana; otros decimos que comió gallo ó le ofrendaron la sangre de algún animal. Hay que hablar a Dios de madrugada para que nuestra oración, juntamente con el cantar de los pájaros sea una serenata a su corazón, lo despierte y esto será señal de que sus hijos-hijas existen.

N K’at: Red. Es un instrumento de trabajo tejido de pita y a mano, nos sirve para guardar nuestras mazorcas. No se le permite a un niño ó una niña que se sienta y se acueste sobre ella, porque cuando sea joven padecerá de dolores de espalda y musculares; ya que la Red está tejida como una serpiente enrollada.

Ñ Kan: Serpiente. Es el signo de la autoridad y la justicia, es el guardián de la tierra; espíritu de las animas y de las trece abuelas y de las trece abuelos. Cuando la serpiente se atraviesa por tu camino, tenés que mirar la dirección en que se encuentra; luego acudes a un anciano-anciana, le contás y él te dirá el mensaje que Dios te quiere comunicar, puede ser bueno ó malo, pero no es determinante; lo que te quiere decir es que tenés que mirar cómo está tu corazón, y cómo tenés a los demás corazones en tu familia.

O Keme: Muerte. Muerte, es signo de fiesta, de unidad, de reconciliación. Cuando el difunto es ya hombre maduro, mujer madura, joven, muchacha que ha prestado un servicio comunal y los familiares buscaron todos los medios para su curación; el espíritu del difunto va con el frío y el viento, pasa hacer intercesor de su pueblo. Y si no fuera así, el espíritu del difunto llora de soledad, pide su compañero, se pone triste, llega por las noches a espantar a sus familiares: se mueve cualquier cosa en la casa donde vivió, se oye ruidos, voces, cantos en los caminos y barrancos; llega a cantar el tecolote en su terreno, claro los familiares acuden a un anciano-anciana para que haga la investigación de este caso, y se sigue un proceso lento para dejar descansar el espíritu del difunto y que los abuelos-abuelas lo reciban en su casa que es el frío y el viento.

P Kiej: Venado. El Venado es un animal sagrado de corazón fuerte que no se debe matar, porque es guardián de las montañas y llanuras; se muestra a la persona en las montañas para dar aviso de todo lo que ha visto, ha oído y todo lo que siente de la gente. Delante de él está la justicia, la autoridad lo tiene en su corazón; es pápa-máma.

Q Q’anil: Milpa. Milpa, es la niña bonita de cabello amarillo, que trae al frijol al cuello como collar de oro y plata, tiene sus hijitos, no está sola, tiene su mensajero; del corazón de ella nace nuestro sustento de todo los días. La Lluvia cae al corazón de la Tierra para que retoñe el corazón de la milpa, ella, la Niña bonita saca de su corazón el jugo de su teta, para que corra por nuestras venas y tengamos fuerzas. De maíz blanco y de maíz amarillo están hechas nuestras carnes; somos hombres y mujeres que corre por nuestras venas la sangre de la Milpa.

R Toj: Pago. Las malas acciones, las malas palabras, las calumnias que una persona hace a otra persona y el maltrato a los animales, a la naturaleza es una ofensa directa al corazón de Dios y esto destruye, obstaculiza el futura de la persona responsable de éstos hechos. Entonces, hay que pagar: con una ofrenda, con oración, con visitas a las familias que he herido, cuidar de la madre naturaleza. Esto es un proceso de reconciliación lento y que no sólo la persona lo va hacer, sino debe pedir la orientación de ancianos-ancianas.

S Tz’i’: Perro. El perro, es el compañero de la persona, hablamos nosotros con los perros porque ellos también tienen corazón, nos comunican con su aullido lo que nos pueda ocurrir a nosotros, a nuestras familias y a nuestra comunidad.

8. El significado de los días.

A B’atz’: Simboliza la pureza emocional y sentimental de la mujer en la tierra. Símbolo de la sabiduría de nuestros abuelos y abuelas para llegar a ser chuchqajaw. Simboliza la sensibilidad, la afectividad y la capacidad de entrega al servicio de la familia y la sociedad, que Dios ha puesto en el corazón de la persona nacida en este día.

B E: Simboliza la vida de nuestra Madre Tierra en donde somos amamantados hoy y siempre. Es el símbolo del buen guía, de la autoridad, y del camino que recorre la persona toda su vida. Espíritu de la riqueza, de los negocios, de los alimentos y de los bienes en la familia. Sensibilidad, afectividad y entrega al servicio de la familia y la comunidad para la orientación de trabajos comunitarios que Dios ha puesto en la persona nacida en este día.

C Aj: Simboliza la semilla de la paz, de la unidad, de la alegría en la familia y de la solidaridad con los vecinos. Es el espíritu de las semillas y de los alimentos que nos regala nuestra Madre Tierra. Simboliza la capacidad y buena suerte para la siembra que Dios ha puesto en la persona nacida en este día.

D I’x: Simboliza la vida de las montañas, de los valles, de los alimentos y de la vida de la persona. Es la herencia de la capacidad intuitiva, la fuerza corporal y espiritual que Dios ha puesto en la persona nacida en este día.

E Tz’ikin: Simboliza la riqueza de la Madre Tierra, espíritu del dinero, de los alimentos, del negocio y de los bienes en la familia. Es la capacidad administrativa que Dios ha puesto en la persona nacida en este día.

F Ajmaq: Simboliza el espíritu de la sabiduría, de la convivencia y de los consejos de nuestros abuelos y abuelas.

G No’j: Simboliza la autoridad en la familia, en la sociedad; raíz de la sabiduría y de los conocimientos, donde ha florecido la vida de nuestros abuelos y abuelas. Capacidad orientadora y solidaridad al servicio de la familia y la sociedad que Dios ha puesto en la persona nacida en este día.

H Tijax: Simboliza la noche, la pereza, la guerra, los enojos, los chismes, los celos en la vida de la persona y la comunidad.

I Kawoq: Simboliza los pleitos, las malas ideas y los vicios.

J Ajpu: Simboliza la alegría en la familia, la siembra, la vida del buen trabajador. Es el dueño del espíritu de la vida de los animales domésticos. Es el guardián de la creación de Dios y de las pertenencias de los difuntos. Capacidad y buena suerte para la crianza de los animales domésticos que Dios ha puesto en la persona nacida en este día.

K Imox: Simboliza la locura, los pleitos, el desconsuelo en la familia. Dueño de la alegría, de la penitencia y de la vocación al servicio del pueblo, que Dios ha puesto en la persona nacida en este día.

L Iq’: Simboliza el corazón del frío y del viento; espíritu de la vida de Dios, de la sabiduría y de la autoridad. Símbolo de desesperación e inestabilidad emocional en la familia. Capacidad orientadora y solidaridad al servicio de la familia y la sociedad que Dios ha puesto en la persona nacida en este día.

M Aq’ab’al: Simboliza el amor y la afectividad de la mujer. Símbolo del enojo, de la calumnia, de la pereza, de los celos, de la desesperación en la familia y la sociedad.

N K’at: Simboliza los pleitos, la desunión y el desprecio.

Ñ Kan: Simboliza el espíritu de la autoridad en la familia y la sociedad. Espíritu de la enfermedad. Capacidad de ejercer autoridad y de hacer justicia que Dios ha puesto en la persona nacida en este día.

O Keme: Simboliza la pureza humana, el espíritu de la sabiduría; el camino de la vida que pidieron nuestros abuelos y abuelas al Dios Creador y Formador para su destino. Espíritu de la vida, de la capacidad orientadora de nuestros abuelos y abuelas que Dios ha puesto en la persona nacida en este día.

P Kiej: Simboliza la sensibilidad en la mujer y el hombre. Dueño de la autoridad, de la capacidad intuitiva; espíritu de la sabiduría y de la esencia de la vida. Capacidad orientadora y solidaridad al servicio de la familia y la sociedad que Dios ha puesto en la persona nacida en este día.

Q Q’anil: Simboliza el espíritu del corazón de la milpa, del agua, de las plantas y de todo cuanto hay en las entrañas de la Madre Tierra. Fruto de vida, espíritu de la mano del buen sembrador; rostro de la semilla del amor que Dios sembró en el corazón de la persona. Capacidad y buena suerte para la siembra que Dios ha puesto en la persona nacida en este día.

R Toj: Simboliza el precio de la vida, el hambre, el sufrimiento y la enfermedad.

S Tz’i’: Simboliza los celos, los chismes, la pobreza, la pereza, la desesperación y los malos deseos.
9. Significado de los cuatro cargadores del año.

¿Qué es un cargador del año? Para nosotros los mayas, existen cuatro signos que llamamos “cargadores” del año, que son los que nos cuidan, nos vigilan y redimen sobre la faz de la tierra hasta los últimos días de la humanidad. Los cargadores son: Camino, Sabiduría, Viento y Venado. Estos son los que hacen justicia sobre la tierra, a nosotros los hijos e hijas de la Madre Tierra. Cada cargador hace su justicia, establece su ley, saca una parte del corazón de Dios Padre y Madre, para que nosotros miremos y nos demos cuenta cómo está por nuestras actitudes, por nuestro trabajo en la familia, y con nuestra manera de ser con nuestro vecino. Cada cargador influye y desempeña un papel importante en nuestras vidas, en la vida de los animales y de nuestra Madre Naturaleza.

Para la mejor comprensión, es imprescindible tener presente que la función de los cargadores está vinculada con la existencia de la humanidad, porque rectifican, edifican y alimentan el corazón de las sanas sabidurías de nuestros abuelos y abuelas. Cuatro días antes de culminar los 365 días de servicio de un cargador, nuestros abuelos y abuelas difuntos despiertan en nosotros una conciencia crítica frente a nuestras actitudes en la familia y en la sociedad. Durante estos días, nuestros abuelos y abuelas difuntos nos ayudan a profundizar nuestra espiritualidad, nos ayudan a rectificar nuestras vivencias en comunidad.

Nos ayudan, también, a limpiar nuestros corazones, a desatar el mal en nuestras vidas. Nos dan mucha valentía, para agradecerle a Dios Padre y Madre la vida de nuestras hijas e hijos. Es importante, para estos días, reconciliarnos con Dios Padre y Madre, con nuestra Madre Naturaleza, con nuestros abuelos y abuelas y con nuestros semejantes; nos encontrarnos de verdad con ellos, y sentimos que son complemento de nuestra existencia. Este es uno de los caminos que nos conduce hacia la búsqueda de la verdadera paz.

Nuestros abuelos y abuelas vivieron muchos años, porque conocieron a Dios Padre y Madre en el Mundo, en nuestra Madre Naturaleza y en la Humanidad. Y con sus ejemplos de vida supieron decirle a Dios Padre y Madre “aquí estamos papayito, con la herencia que Tú pusiste en nuestras manos”. De esta manera floreció la gran riqueza de las normas de conducta en nuestra cultura.

En conclusión, es uno de los temas más amplios de nuestra cultura, que no podemos encerrarlo en unas cuantas hojas, su estudio se dirige a la práctica. Por eso sintetizamos su contenido e invitamos al lector que observa, que indaga y que vive en carne propia con su pueblo esta experiencia, para que, en un futuro, podamos enriquecer y fortalecer los frutos con nuestras familias y con nuestro pueblo. Con el corazón en las manos analicemos detenidamente el contexto sagrado de este tema.

B E: ¿Qué cosas buenas y qué malas trae el Ajaw E cuando le toca cargar el año? Es un cargador bueno, nos cuida y hace justicia por nosotros cuando no estamos cabales, cuando no somos solidarios con los demás, cuando somos injustos con los demás, cuando no cultivamos la herencia de nuestros antepasados, cuando no estamos en paz en la familia, cuando no respetamos a nuestra Madre Naturaleza, cuando no vivimos en comunidad.
No hay tanta violencia.
Hay poca cosecha y poca lluvia.
Hay mucha enfermedad en las mujeres.
Poca capacidad en las mujeres y en los hombres para el trabajo y para la solución de sus problemas familiares y conyugales.

Las cosas negativas se pueden prevenir con nuestra voluntad, con nuestro amor por las cosas y con nuestro trabajo diario en familia y comunidad. Dicho en otras palabras, vivir conforme las normas de conducta que establecieron nuestros abuelos y abuelas difuntos.

G No’j: ¿Qué cosas buenas y qué malas trae el Ajaw No’j cuando le toca cargar el año? Es un cargador bueno, nos cuida y hace justicia por nosotros cuando no estamos cabales, cuando no nos preocupamos por solucionar los problemas, cuando no ayudamos ni orientamos a los demás, cuando no estamos en paz en la familia, cuando no respetamos las cosas que nos regala nuestra Madre Naturaleza, cuando no vivimos en comunidad.
No hay tanta violencia.
No hay tanta enfermedad ni muerte.
Buena cosecha para el sostenimiento de nuestras familias.
Hay suficiente lluvia.

Las cosas positivas dependen mucho de la actitud, del comportamiento, del trabajo del hombre y la mujer en la familia.

L Iq’: ¿Qué cosas buenas y qué malas trae el Ajaw Iq’ cuando le toca cargar el año? Es un cargador bueno, nos cuida y hace justicia por nosotros cuando no estamos cabales, cuando no nos preocupamos de las necesidades de la familia, cuando no estamos en paz en la familia, cuando no respetamos a nuestra Madre Naturaleza, cuando no vivimos en comunidad.
Hay mucho viento y escasez de lluvia.
Mala cosecha, no alcanza para la alimentación de nuestras hijas e hijos.
Hay mucha división en las familias.
Mucha muerte a causa de tormentas, de relámpagos y truenos.
Cae mucho granizo, esto provoca la destrucción de nuestra milpa.
Hay mucha muerte en los niños, niñas, jóvenes y adultos.
Hay muchas personas que mueren en los barrancos, en los caminos a causa de accidentes.

Las cosas negativas se pueden prevenir con la buena actitud, la responsabilidad, la voluntad y el trabajo del hombre y la mujer en la familia. Si no estamos unidos en la familia, si no vivimos en paz con los demás, nos morimos pronto.

P Kiej: ¿Qué cosas buenas y qué malas trae el Ajaw Kiej cuando le toca cargar el año? Es un cargador bueno, nos cuida y hace justicia por nosotros cuando no estamos cabales, cuando no luchamos por los demás, cuando no estamos en paz en la familia, cuando no respetamos a nuestra Madre Naturaleza, cuando no vivimos en comunidad.
No hay llanto, ni dolor.
Nuestra Madre Lluvia no es violenta.
No hay mucha muerte.
Cosecha en abundancia, justo para la subsistencia de nuestras familias.
No hay tanta enfermedad.
Se puede luchar para vivir en paz en la familia.

Si uno no lucha, ni se esfuerza por cuidar lo mencionado anteriormente, se enferma rápidamente y se muere pronto. Las cosas positivas dependen mucho de nuestro comportamiento en la familia, en la sociedad, del amor a las cosas que nos regala nuestra Madre Naturaleza y a Dios.
10. Influencia de los cargadores.
Influencia del cargador E en las personas nacidas en este mismo día:
En ellos está la esperanza.
Líderes en sus familias y comunidades, para la solución de problemas.
Son muy solidarios.
Buenos orientadores en sus familias.

Esto se les concede a las personas cuando se comunican con Dios, con nuestros abuelos y abuelas difuntos, cuando de verdad se esfuerzan por cultivar los valores éticos y morales.

Influencia del cargador No’j en las personas nacidas en este mismo día:
Son personas inteligentes y sabias.
Buenos guías para sus familias y comunidades.
Hay confianza en estas personas.

Esto se les concede a las personas cuando se comunican con Dios, con nuestros abuelos y abuelas difuntos, cuando de verdad son solidarios con los demás.
Influencia del cargador Iq’ en las personas nacidas en este mismo día:
Personas inestables en sus decisiones y emociones.
Personas que dividen sus familias.
Irresponsables.
Provocadores de conflictos.

Esto no afecta a las personas cuando se comunican con Dios y con nuestros abuelos y abuelas difuntos pidiendo su protección.
Influencia del cargador Kiej en las personas nacidas en este mismo día:
Buenos guías en sus familias.
Vínculos de unidad en sus hijas e hijos.
Constructores de la paz y tranquilidad en sus familias.

Esto se les concede a las personas cuando se comunican con Dios y con nuestros abuelos y abuelas difuntos.

11. Significado de los números en el calendario maya.

Los números, como en todas las culturas tienen un profundo simbolismo. En la cultura maya, los números están vinculados a la concepción que se tiene de la realidad de la persona, del mundo y de Dios. Por ejemplo el uno es un número imperfecto porque en la cosmovisión maya hay una concepción dualista de la realidad. Dios es Madre-Padre, la persona no sólo no es cabal sin el otro, sino que no es nada sin el otro: wuajil nutz’aqat, nuk’ulaj, wal, nuk’ojol, nuk’ulja, wachalib’, nuxikin, wixk’aq... Por lo tanto, los números pares son “positivos” porque representan realidades íntegras, cabales, completas. Los números impares son “negativos” porque representan realidades imperfectas, incompletas, aún en desarrollo. Sólo el número trece representa una realidad de cabalidad y es el número que representa la totalidad; la razón es porque el 13 multiplicado por 20 (también número importante porque representa a la persona) da como resultado 260, que son los días de un ciclo completo del calendario lunar: un ciclo o año lunar es el tiempo de gestación de un niño en el vientre materno, por lo tanto el tiempo en el que se forma una nueva persona (k’ak’al). Por lo tanto una vida se forma en trece-personas de tiempo.

! Número uno: Número imperfecto, no tiene valor simbólico, representa la falta de compañía. Si ese día se hace un compromiso puede también significar que no hay cambio en la decisión. Es nuestro guardián, es el que apunta todas las cosas que decimos, es el que toma nota de todas las cosas que hacemos, es el que rinde cuentas a Dios de todo lo que ve de nosotros. Por eso, todos los números uno en los veinte días del Calendario Maya, para nuestros abuelos y abuelas difuntos, son exclusivamente para pedir perdón a Dios, pedir perdón a los frutos que nos regala nuestra madre naturaleza, a nuestra madre tierra y a nuestra comida y bebida. Son días apropiados para la reconciliación, para estar en paz con Dios y con nuestros abuelos y abuelas. Dicen nuestros abuelos y abuelas que si una persona no se reconcilia con su familia, no está completa su vida, porque le hace falta la otra parte.

o Ofrenda: Tres docenas de copal pequeños, media libra de candelas amarillas pequeñas, media libra de azúcar, media libra de ramas de espino, medio octavo de aguardiente y una onza de incienso.

" Número dos: Número positivo, Significa la complementariedad, la “unidad” en la diversidad, representa la cabalidad en su mínima expresión. En todos los números dos del Calendario Maya se pide por nuestros abuelos y abuelas difuntos, porque ellos han ofrecido sus vidas a Dios, para que nosotros tengamos lo suficiente para vivir. Se agradece la vida a Dios y a nuestros abuelos y abuelas para que nos cuiden y nos iluminen nuestros caminos.

o Ofrenda: Tres docenas de copal pequeños, media libra de candelas amarillas pequeñas, media libra de azúcar, media libra de ramas de espino, medio octavo de aguardiente y una onza de incienso.

· Número tres: Número imperfecto, representa el reverso de las cosas y de la vida porque “entre tres personas no puede haber empate en un acuerdo”, es el símbolo del desacuerdo. Todos los números tres en el Calendario Maya son propicios para pedir por nuestros difuntos. Se pide a Dios la fortaleza y que nos conceda el don de la sabiduría, para enfrentar la vida. Se agradece la vida de nuestras familias.

o Ofrenda: Una docena de copal pequeños, cuatro onzas de azúcar, cuatro onzas de ramas de espino, media libra de candelas amarillas pequeñas y un octavo de aguardiente.

$ Número cuatro: Número positivo y perfecto, una persona tiene dos manos y dos pies, son el símbolo del trabajo y de la fuerza, por lo tanto del equilibrio. Cuatro esquinas tiene el universo, cuatro son los elementos más importantes para el munco maya (alimento=fuego, lluvia=agua, maíz=tierra, y vida=viento), cuatro se dice kiej=venado que tiene cuatro patas, es el animal más grande conocido en la Mesoamérica precolombina y que se mantiene en cuatro patas. Entre cuatro personas se establece una armonía, es el símbolo de la mínima comunidad. Todos los números cuatro en el Calendario Maya son propicios para visitar a nuestros difuntos en el cementerio. Cuando fallece una persona adulta, después de su entierro, se espera el número cuatro de cualquier signo del Calendario Maya, para realizar el rito de entrega del espíritu a los antepasados en el cementerio. Equivale a la novena de difuntos que se hace en la iglesia católica. Hay que pedir perdón por nuestras malas conductas en la familia y con nuestros vecinos.

o Ofrenda: Cuatro manojos de candelas amarillas pequeñas y cada manojo con trece candelas, flores, un octavo de aguardiente, comida y cuatro onzas de incienso.

% Número cinco: Número imperfecto y negativo, contiene en sí el desacuerdo del tres y la cabalidad del dos, simboliza el desequilibrio y la indiferencia y la falta de compromiso. Todos los números cinco en el Calendario Maya son propicios para hacer oración a Dios y a Nuestra Madre Naturaleza, porque de ella sacamos nuestras cosechas.

o Ofrenda: Dos docenas de copal pequeños, media libra de candelas amarillas pequeñas y un octavo de aguardiente.

!% Número seis: Número positivo que aunque contiene dos veces la imperfección del tres, representa la firmeza de la estructura de una casa con sus cuatro columnas y las dos vigas principales (mojinetas). De las cuatro esquinas del mundo nace la firmeza de Dios Corazón del Cielo-Corazón de la Tierra. Todos los números seis en el Calendario Maya son propicios para agradecer la vida, pedir fuerzas para conseguir la unidad y la paz en la familia. Y pedirle a Dios que nos dé fuerza para buscar los medios necesarios para la subsistencia de nuestras familias.

o Ofrenda: Tres copales grandes, dos docenas de copal pequeños, media libra de candelas amarillas pequeñas, media libra de candelas blancas pequeñas, media libra de candelas de cebo pequeñas, un octavo de aguardiente, una libra de azúcar, un poco de chocolate, un poco de hoja de pino verde, caramelos y cuatro onzas de incienso.

"% Número siete: Número impar. Aunque es un número impar e imperfecto por principio, es el centro de la cuenta del 13, está en la cúspide de una pirámide de trece escalones. Es símbolo de una “media persona”, es el símbolo de las siete sabidurías que llegan al corazón de la persona. Por lo tanto es símbolo de la búsqueda de la perfección y de el pleno conocimiento de la realidad. Todos los números siete en el Calendario Maya son propicios para recordar la herencia que nos dejaron nuestros antepasados. Por esto debemos pedir perdón por no valorarla. Se agradece y se pide la vida y el alimento que Dios nos da.

o Ofrenda: Dos docenas de copal pequeños, un poco de agua simple, media libra de candelas amarillas pequeñas, cuatro onzas de azúcar, un octavo de aguardiente, cuatro onzas de incienso y un poco de hoja de pino verde.

·% Número ocho: Dos veces cuatro. Es el símbolo de la cabalidad que busca la perfección, es el símbolo de un camino completo. Aunque es un número muy positivo, es el símbolo de lo que debe completarse por medio de la búsqueda de lo divino (12 o´13), le falta otra vez cuatro. Todos los números ocho en el Calendario Maya son propicios para pedir la protección de nuestras familias y de nuestras pertenencias. Se agradece la vida y la salud de nuestras hijas e hijos. Se entrega la vida a Dios para que nos ayude a descubrir nuestra verdadera vocación. Con la experiencia que se adquiere en la familia, en la comunidad, la comunicación con Dios y el respeto a la madre naturaleza se alimenta nuestras vidas.

o Ofrenda: Tres copales grandes, dos docenas de copal pequeños, media libra de candelas amarillas pequeñas, media libra de candelas blancas pequeñas, media libra de candelas de cebo pequeñas, un octavo de aguardiente, una libra de azúcar, un poco de chocolate, un poco de hoja de pino verde, caramelo y cuatro onzas de incienso. Si una persona cumple años en cualquiera de estos veinte signos, en los números ocho, puede ofrecer la sangre de un gallo y huevos.

$% Número nueve: Número imperfecto, denota la búsqueda de la complementariedad y la dualidad en la realidad de su familia más cercana: abuela-abuelo, mamá-papá... Todos los números nueve en el Calendario Maya son propicios para hacer oración, para entregarnos a Dios . Se agradece todas las cosas que Dios ha puesto en nuestras manos. Se pide a Dios el alimento de todos los días.

o Ofrenda: Media libra de candelas amarillas pequeñas, dos docenas de copal pequeños, un octavo de aguardiente y cuatro onzas de azúcar.

%% Número diez: Número positivo y par. Representa la cabalidad de una acción que debe continuar, porque es el símbolo de los diez dedos en el cuerpo al que le faltan aún otros diez. Es “media persona” (medio veinte). Todos los números diez en el Calendario Maya son propicios para pedir por nuestros difuntos. Se agradece y se pide a Dios la vida, el alimento y la salud en la familia.

o Ofrenda: Una docena de copal pequeño, media libra de candelas amarillas pequeñas, cuatro onzas de ramas de espino y un poco de agua simple.

!%% Número once: Número imperfecto, simboliza la desunión, el estancamiento, la inmovilización, la paralización de una persona que ha emprendido un camino o una misión o un trabajo. Todos los números once en el Calendario Maya son propicios para pedir perdón y fuerza para proteger y mantener la unidad en nuestras familias. Se pide y se agradece a Dios las ricas bendiciones que derrama sobre nosotros.

o Ofrenda: Dos docenas de copal pequeños, media libra de candelas amarillas pequeñas, cuatro onzas de incienso y un octavo de aguardiente.

"%% Número doce: Número positivo, es el símbolo de la perfección, es tres veces cuatro, o dos veces casa (6+6), o sea mi casa y la casa de mi vecino (nuk’ulja) porque ellos y nosotros nos complementamos, somos el tz’aqatalaj tinimit (pueblo perfecto), somos el tz’aqatalaj komon (comunidad perfecta). Por eso las cofradías están representadas en seis familias (seis parejas que suman doce personas). Todos los números doce en el Calendario Maya son propicios para pedir nuestra protección a Dios, la protección de nuestros bosques, de nuestras hijas e hijos, de nuestras pertenencias, de nuestros animales, de nuestros negocios, de nuestra vivienda y de nuestra madre tierra.

o Ofrenda: Tres copales grandes, dos docenas de copal pequeños, media libra de candelas amarillas pequeñas, media libra de candelas blancas pequeñas, cuatro onzas de ramas de espino, cuatro onzas de azúcar, un octavo de aguardiente, caramelo, un poco de hoja de pino verde y cuatro onzas de incienso. Si una persona cumple años en cualquiera de estos veinte signos en los números doce, puede ofrecer la sangre de un gallo y huevos.

·%% Número trece: Dijimos que aunque es número impar, es el único que es positivo. Es el símbolo de la totalidad y de la estabilidad. Es el símbolo de la plenitud del encuentro de la persona consigo mismo, con los demás y con Dios. Es el signo de la realización del mundo perfecto, es el signo de la llegada a la tierra sin mal. Es el número más cargado de significado y de valores positivos. Es el 13 veces 20 de un año lunar. Todos los números trece, al igual que los números doce excepto trece Tormenta, trece Mujer, trece Aurora, trece Red, trece Multa, trece Perro, en el Calendario Maya, son propicios para pedir nuestra protección a Dios, de nuestros bosques, de nuestras hijas e hijos, de nuestras pertenencias, de nuestros animales, de nuestros negocios, de nuestra vivienda y de nuestro madre tierra.

o Ofrenda: Tres copales grandes, una docena de copal pequeño, trece candelas grandes blancas y trece amarillas, media libra de candelas amarillas pequeñas, media libra de candelas blancas pequeñas, cuatro onzas de ramas de pino, cuatro onzas de azúcar, un octavo de aguardiente, caramelo y cuatro onzas de incienso.

Victoriano Castillo González, s.j.

material para lo formación de nuestros catequistas
Tz’olojche’
Parroquia La Natividad de la Virgen María.
Santa María Chiquimula, Totonicapán
Notas:
[1] Kaminaq kotzi’j: flor de muerto (También en nahuatl se dice flor de muerto: zempoaxochitl). Amarillo es el color de los muertos.
[2] El árbol de la ciencia del bien y del mal, según la mentalidad del Génesis. Jesús que muere y triunfa sobre la muerte por la Resurrección.
[3] Esta idea nos evoca el “a imagen suya los creó...” Génesis 1,27
[4] Cfr. Juan 1,14 y Filipenses 2,6s