viernes, 8 de abril de 2011

BELICE: EL ROSTRO MAYA DE LA INDEPENDENCIA



Victoriano Castillo González, s.j.


No deja de darme un poco de temor y temblor, como mexicano adoptado por este querido pueblo de Guatemala, escribir el presente artículo sobre una realidad muy particular de Belice. Fui invitado por un sacerdote claretiano q’eqchi’, guatemalteco y misionero en Belice, para acompañar y facilitar la metodología en el Primer Encuentro Nacional Maya del 17 al 19 de septiembre en Bella Vista, en el distrito de Toledo.


Después de un largo y cansado viaje a la ciudad de Guatemala y de ahí a Puerto Barrios, abordamos en una pequeña lancha los 16 delegados de Guatemala para este encuentro. Con las molestias burocráticas y de impuestos ilógicos de la migración marina guatemalteca (lo de siempre: “sólo pueden pasar los de cédulas de departamentos fronterizos, hay que pagar ochenta quetzales o diez dólares por persona… lo sentimos, no se puede”… y al final se pudo… porque poderoso caballero es don dinero… y pagando cien, se pudo), zarpamos con cuello echo nudo porque la lancha daba tumbos en las olas de la marea que anunciaba la llegada de la tormenta Matthew a las costas caribeñas.


Al llegar a la otra orilla de lo que otrora fuera Guatemala (así dicen las autoridades guatemaltecas y ahora, cercana la campaña electoral presidencial, sacan de nuevo la bandera del patriotismo y el “antes muerto que esclavo será…”), nos recibieron hermanos beliceños piel negra como las frutitas del sauco, con mucha british amiability (amabilidad británica, diríamos en buen chapín), nos hicieron pasar por una pulcra oficina migratoria y con un british accent nos preguntaron a dónde íbamos: To Saint Peter Claver Parish… y eso nos abrió las puertas: Ya estaban avisados de nuestra llegada y nos tenían preparada una recepción con toda la diplomacia que se nos había negado en nuestro propio país. Y es que los Jesuitas que atienden la parroquia de San Pedro Claver, han sido para estas comunidades mayoritariamente católicas, quienes han acompañado espiritual y socialmente el caminar de esta joven nación, que celebraba ahora su 29 aniversario de independencia.


Después de una hora en dos microbuses llegamos a nuestro destino: una pequeña comunidad que recibía a más de trescientos delegados de diferentes comunidades mayas de todo el país: llegaron mayas yucatecos (antiguos migrantes mexicanos), mopanes con raíces en Petén y q’eqchi’es procedentes muchos de ellos de la Verapaz Alta y Baja, y del mismo Petén. Ahí nos sentíamos en casa, a no ser que no podíamos comunicarnos en español porque los más viejos sólo hablan en sus lenguas mayas y los jóvenes hablan como segunda lengua el inglés. Impresionaba escuchar mujeres hablando un perfecto inglés británico (no como el inglés masticando chicle de los texanos)… y más impresión daba ver que esa voz perfecta y dulce salía de un rostro casi copiado de alguna estela maya.


Belice, este pequeño y joven país, tiene 22,966 kms2 y 372,000 habitantes estimados en el 2010, no llega medio millón; es decir que a cada 11 habitantes beliceños le corresponde un kilómetro cuadrado de territorio. Esto explica por qué miles de indígenas q’eqchi sin tierra en Guatemala, han emigrado hacia Belice: porque hay abundante tierra. Según las cifras más conservadoras hay 15,000 hermanos indígenas (sin contar los de estirpe afro) que equivale al 7% del total de la población. Pero hay otro dato que llega a poner 40,000 indígenas, lo que daría un 20% de población indígena en el país. Mientras las poblaciones afroamericanas van en descenso (los creoles han reducido su población en un 24% en relación a su población de hace diez años; los garífunas han disminuido su población en un 13%), los mayas q’eqchi’ han crecido en un 16% en los mismos 10 años. De ese total de población indígena, 12,366 son q’eqchi’. A nivel de la constitución del país, la población indígena no está reconocida sino sólo como Beliceños aunque este pequeño país sea la confluencia de los mayas, antiguos dueños de estas tierras, ingleses migrantes traídos por los piratas ingleses como leñadores para extraer las finas maderas para sus barcos, africanos traídos como esclavos por estos, mexicanos mayas y mestizos pobres traídos aquí por la exclusión que conlleva la pobreza, centroamericanos expelidos por las guerras internas (sólo en estos tres días y en esta pequeña comunidad nos encontramos a varias familias de salvadoreños y hondureños), nuestros hermanos guatemaltecos mestizos y q’echi’ que han venido incluso recientemente en busca de tierras qué cultivar y habitar, los ahora omnipresentes orientales chinos y coreanos que acaparan el comercio y la maquila, y por supuesto, la pequeña población inglesa que controla el destino del país. Aunque lengua oficial es el inglés, según el último censo del 200, la lengua materna más hablada es el español, además de servir como lengua franca para los habitantes de ascendencia hispanohablante. El censo dice que el 46% de los beliceños hablan como lengua materna el español, con lo que resulta ser el país de la mancomunidad británica donde se habla más español; le sigue el creole, una lengua mezcla de inglés con lenguas africanas, con el 33%; en seguida el q’eq’chi’ con el 4.9% y apenas en seguida, en cuarto lugar, el inglés con el 3.9%. Y aún, a pesar de esta realidad, no aparece ni en la constitución ni en la legislación del país que esta nación sea multilingüe, ni multiétnica ni pluricultural. La población indígena beliceña reclama y exige para que sea ratificado por su gobierno el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas (OIT) que propugna por la defensa de los derechos colectivos de los pueblos indígenas y tribales en países independientes y obliga a los estados firmantes a su cumplimento. La intención de este primer encuentro de pueblos mayas en Belice tiene pues la intención de iniciar organizadamente el debate que ya en el seno de las comunidades indígenas se ha ido gestando.


El cuerpo del encuentro tuvo cuatro partes:


La primera parte fue una reflexión en torno a nuestra realidad. Y en grupos tratamos de responder a las siguientes interrogantes: ¿Cómo está tu rostro como pueblo maya –la utz qawach? –, cómo está tu corazón –ma sa la ach’ol? – ¿Qué rostro tienen nuestro pueblo Maya? ¿Cuál es el rostro de nuestro pueblo? ¿Cómo está el rostro de nuestra madre tierra? ¿Cómo está el rostro de nuestros k’amalb´e, de nuestros guías, de nuestros políticos? ¿Cómo está el rostro de Dios? ¿Cuál es nuestro rostro de Iglesia?


Esto es lo que textualmente dijeron los participantes en los grupos de reflexión:


EN LO SOCIAL: EL ROSTRO DE NUESTRO PUEBLO MAYA (Grupos 1 y 2)


¿Cómo camina nuestro pueblo maya? Se están perdiendo las costumbres, las ceremonias, los jóvenes ya no lo practican e inclusive el vestuario. Somos discriminados,, humillados por la pobreza. Nadie nos reconoce porque no tenemos dinero. No tenemos títulos, no hemos ido a las universidades. Estamos invadidos por otras religiones. No se reconocen nuestros productos locales.


¿Cuál es nuestro sueño como pueblo maya? Mejorar la cultura maya, educar a los jóvenes mayas para que lo practiquen, darle seguimiento Es revivir la cultura, rescatar nuestras raíces, bastante se ha perdido, como las músicas, necesitamos más autoridad, que nos respeten más.


¿Qué palabra tenemos como pueblo maya? Las ceremonias, ritos y escritura. Que nos tomen en cuenta cuando toman decisiones. Necesitamos que nos respeten los demás. Que los gobiernos nos respeten como los demás. Una prueba es que las autoridades no se han hecho presente en este encuentro. Porque todo el tiempo somos rechazados.


¿Cómo estamos organizados como pueblo maya? Antes éramos unidos, pero hay cosas que nos desunieron y ahora queremos volver a unirnos. Por medio de las ceremonias, el ritual de hoy, estamos reunidos por esas ceremonias. También cuando compartimos los alimentos. Por eso estamos organizados hasta hoy. También cuando se siembra y esto lo hemos aprendido con los q’eqchi’ y maya mopán.



EN LO POLÍTICO: CÓMO LLEVAN EL CAMINO LOS QUE LLEVAN EL CAMINO (Grupos 3 y 4)


¿Cómo caminan, hacia dónde caminan nuestros guías? Viviendo la tradición y la costumbre. Los mayas no son reconocidos por el gobierno. Los mayas no tienen iguales oportunidades.


¿Hacia dónde nos llevan nuestros guías, nuestros políticos? Nos llevan a la cárcel. Están matando a nuestros pueblos mayas indígenas.



EN LO ECONÓMICO: EL ROSTRO DE NUESTRA MADRE TIERRA (Grupos 5 y 6)


¿Cómo la trabajamos, cómo la tratamos? La trabajamos con placer y amor. Por sus riquezas. Abusamos nuestra Madre tierra, no la tratamos con dignidad, con respeto. Hemos cambiado la formación de las tierras, la vida silvestre y la belleza de su naturaleza, la riqueza de la tierra se está muriendo.


¿Qué nos da para vivir? La madre tierra nos da para vivir el sustento de nuestra familia, el maíz, el frijol, el arroz y otros productos agrícolas que es un regalo de la naturaleza.


¿Qué le damos para que viva? Reforestación. Rotación de la tierra (descanso de tierra). Respetando la manera de usar la tierra.


¿Qué nos pide, qué nos reclama? Respeto, cuidarla, plantar nuestros cultivos. Educarnos sobre el manejo de la tierra. ¿Qué nos reclama? Sería un respeto a la agricultura y la moderación de ladrar los árboles. Estamos olvidando nuestras costumbres tradicionales. Olvidando que Dios nos ha dado la tierra.



EN LO RELIGIOSO CULTURAL: EL ROSTRO DE DIOS, EL ROSTRO MAYA. (Grupos 7 y 8)


¿Cuál es el sueño de Dios para nuestro pueblo Maya? Querernos, bendecirnos, salvarnos, nos une, nos da alimento. Con diferentes lenguajes, pero soñándonos como un solo pueblo.


¿De qué manera nos ha hablado y nos sigue hablando Dios en nuestro camino como pueblo Maya? En la palabra de nuestros ancianos, en la naturaleza, en la lucha de nuestro pueblo, en las ceremonias, en la cosecha, en las enfermedades, a través de nuestra cultura, nuestra tradición.


¿Cómo y en dónde encontramos a Dios los pueblos Mayas? En la naturaleza, en los cerros valles, en la enseñanza de los abuelos, en la danza, música de arpa y chirimía. La escuela.


¿Cómo le hablamos a Dios los pueblos Mayas? Mayej, pom, candela, copal, en la bendición en el wate sink, bendición de casa, potrero, Iglesia, el cacao. Respeto a nuestra madre tierra, con nuestro pom, candela.



La segunda parte del cuerpo del encuentro estuvo centrada en la reflexión sobre el país y la nación que queremos ser como pueblos indígenas y nos hicimos estas preguntas: ¿Qué país queremos, cómo queremos que sea nuestro país? ¿Qué tipo de legislación hace falta? ¿Qué leyes pedimos? ¿Qué pueblo queremos construir nosotros como pueblo Maya? ¿Hacia dónde queremos ir como pueblo Maya? ¿Qué le pedimos al gobierno? ¿Qué le pedimos a la iglesia para que nos acompañe? ¿Qué nos pedimos a nosotros mismos, qué nos exigimos, a qué nos comprometemos nosotros como comunidades, como pueblos Mayas? ¿Qué cosas podemos hacer nosotros?



Este es un resumen de la reflexión en grupos:



1. País que queremos: Queremos un país que se reconozca nuestro ser pluriétnico, multilingüe y multicultural. Respeto a los pueblos indígenas, una democracia real. Un país donde se elimine el racismo, la discriminación. Un país lleno de oportunidades. Que se reconozcan los derechos como pueblos mayas. Erradicar la discriminación de los servicios públicos del Estado.


2. Las leyes que debemos exigir: Que se ratifique el convenio 169. Pedimos sean respetados nuestros derechos como pueblos indígenas. Hacer que la justicia sea una realidad. Respeto y derecho a la expresión. Justicia, respeto a nuestros pueblos indígenas. Que se nos permita ir a los templos sagrados. Es casa que nosotros debemos reconstruir. Necesidad de hacer una legislación maya, pues las de nuestros países están hechos desde los dominantes. Necesitamos una legislación propia que sean pensadas desde nuestra cultura, desde nuestros valores. Fortalecer la justicia con la participación de los diferentes grupos indígenas: mopán, yucateco, q’eqchi’, garífuna. Leyes que respeten la sacralidad y las fiestas que los pueblos mayas tienen en su calendario y ritual. Leyes para que el derecho de los mayas sea respetado y puedan visitar sus lugares sagrados para hacer realizar ceremonias sagradas sin tener que pagar entrada a los mal llamados “sitios arqueológicos”. Leyes para obligar al Estado a devolver a los pueblos indígenas la propiedad y el derecho de sus monumentos históricos (mal llamadas ruinas).


3. El futuro: Queremos un futuro mejor para nuestros hijos. Queremos promover el lenguaje y la cultura de nuestros pueblos mayas. Nosotros podemos tirar la cáscara, como en una fruta, Hay elementos externos de nuestra cultura que hemos perdido. Pero no debemos perder la semilla porque en ella está el futuro y la garantía de continuar vivos nuestros pueblos. Esa semilla es nuestra identidad, nuestra espiritualidad, nuestra cosmovisión. Esto no se debe perder. Conocemos lo de las masacres y el genocidio en Guatemala, donde el ejército se aferró a la matanza de los niños y las mujeres. A los niños había que exterminarlos porque, según el ejército, cada niño era una semilla de futuros guerrilleros. Y a las mujeres había que exterminarlas por la misma razón: ellas son las reproductoras de la semilla. Por eso se ensañaron contra las mujeres y los niños. Ahora nos pueden exterminar con otros métodos igualmente efectivos: campañas de planificación y contra concepción, políticas educativas y medios de comunicación desculturizantes que matan las conciencias de nuestros jóvenes. El futuro no se puede ver sin la participación de la mujer y sin la educación adecuada de los hijos: ellas son las que general la vida y ellos son el futuro de nuestro pueblo maya.


4. Al Estado: Que cumplan sus promesas hechas al pueblo Maya. Apoyo al agricultor, agua potable, clínicas, educación, energía eléctrica. Pedimos el reconocimiento del territorio. Porque nuestra casa es importante. Es toda nuestra casa donde nos sentimos familia, pueblo. La participación en el gobierno, no sólo de estar en los ni8veles o puestos de gobierno. Sino estar en la toma de decisiones. Pedimos al Estado una educación para nuestros hijos, desde nuestros valores, en idiomas mayas y becas para universidad. Reconocimiento de la identidad y de los pueblos indígenas. Pedimos el reconocimiento de las tierras que forman nuestro territorio y nuestro entorno como camino para crear nuestra propia nacionalidad maya-beliceña. Pedimos una mayor participación del pueblo indígena que se traduzca en una mayor presencia de hermanos mayas en el congreso del país.


5. Le pedimos a la Iglesia: Que sienta los sentimientos de la gente que sufre, de los pobres, de los explotados, de los marginados y oprimidos, en especial de nuestros pueblos indígenas. Que las autoridades de la Iglesia y del Estado atiendan las necesidades del pueblo maya. Pedimos acompañamiento a las gestiones, proceso, proyectos de formación para nuestras comunidades indígenas, pero sobre todo pastores, ministros, servidores mayas, pastores indígenas. Vocaciones nativas. Nos compromete a promover las vocaciones propias a través de la oración, a través de incentivar y sembrar en los hijos el deseo de servir a nuestro pueblo en la Iglesia.


6. Compromisos: inculcar nuestra cosmovisión a nuestros hijos. Unirnos más para seguir luchando por nuestros derechos estableciendo redes de mutuo apoyo entre pueblos y organizaciones indígenas. Educar a nuestros hijos en nuestra tradición.



La tercera parte del cuerpo del encuentro fue la conformación del equipo que quedará funcionando como Comisión Nacional de Pastoral Indígena de Belice. En esta breve actividad de dieron pistas y sugerencias para echar a andar la comisión y se dieron sugerencias de la forma de estructura y dinámica de trabajo que seguirá la comisión. Igualmente se hicieron algunos compromisos básicos para hacer posible el funcionamiento de la comisión y se sugirió un calendario inicial de actividades.



La Cuarta y última parte del encuentro fue la ceremonia de clausura que comenzó con el amarre del encuentro expresado en el rito de trenzar el xaq’ab’ (cinta o tocoyal) en el pelo de una mujer mopán, como signo del enlace que la Pastoral Indígena de Guatemala hace con la de Belice. Un signo de alianza matrimonial, no de dos personas sino de un país de dos países que, no importando las luchas políticas por los límites territoriales, está construyendo su nacionalidad a partir de lazos reales de fraternidad, lucha y solidaridad, únicos pasos para celebrar nuestra verdadera independencia de quienes siempre nos han venido diciendo quiénes y cómo debemos ser. Y como culmen de esta parte celebrativa, en la mañana del domingo 19 de septiembre, último día de nuestro encuentro, celebramos una eucaristía inculturada presidida por los ancianos representantes de todos los pueblos mayas participantes y monseñor Rodolfo Valenzuela, obispo de las verapaces y presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Indígena de la Conferencia Episcopal de Guatemala. Ahí unimos pan y vino, copal pom y candelas, pantalones levi’s y huipiles q’eqchi’es, jóvenes con sus peinados punk y ancianos con sus trajes ancestrales, oímos música rock y arpa, violín y guitarra de maderas de hormigo traídas desde las selvas guatemaltecas del Petén. Y así, con esa realidad tan pluricultural, tan llena de multicolor, y de multivida, nos despedimos con el sueño en las pupilas de nuestros ojos que quedaron enamorados de este pueblo que quiere apostar por lo que nosotros también soñamos y apostamos: el reino de Dios, la tierra sin males, la loma santa, el warab’alja donde Ajaw ponga su cabeza y nos diga el secreto de su sueño para nosotros, para nuestra vida, para nuestra historia que trascenderá más allá del 2012… ¡Ténganlo por seguro!



…………………….



Este documento, en versión q’eqchI’ mopán, inglés y español, fue presentado y leído en la celebración Eucarística inculturada, presidido por Monseñor Rodolfo Valenzuela obispo de la Verapaz, Guatemala, concelebrada por un grupo de sacerdote y ancianos:



INTERNATIONAL GATHERING OF THE MAYAN PEOPLE OF BELIZE


ENCUENTRO INTERNACIONAL DEL PUEBLO MAYA EN BELICE


Lema: EL CAMINAR DE DIOS CON EL PUEBLO MAYA


Septiembre 17, 18 y 19 de septiembre



COMUNICADO AL PUEBLO DE DIOS.


Los pueblos Mayas de Belice (Maya Q’eqchi, Maya Mopan, Maya Yukateko) conjuntamente con la Iglesia católica (la parroquia Sagrado Corazón, Dangriga, Misioneros Claretianos, y la parroquia San Pedro Claver, Punta Gorda, Padres Jesuitas) organizó el Primer Encuentro Internacional de Pueblos Mayas de Mesoamérica con el objetivo de tejer nuestra palabra, nuestro pensamiento, nuestro dolor y el futuro de nuestra existencia. Hace más de 500 años cortaron nuestras ramas, nuestros frutos, nuestro tronco, pero nuestras raíces no pudieron arrancar.


El 17, 18, y 19 de septiembre del 2010 en la aldea de Bella Vista, distrito de Toledo sede del Primer Encuentro Internacional de los Pueblos Mayas, donde se compartieron experiencias de los pueblos Mayas de Guatemala y Belice, para despertar y levantar el espíritu de unidad, de solidaridad con el fin de alcanzar el progreso integral de cada pueblo. Dialogamos sobre el sentir de nuestro corazón: dolor por la falta de una educación que responda a las necesidades y a la realidad como pueblos originarios de nuestros países, falta de igualdad de oportunidades, igualdad de derechos, la mala distribución de los recursos naturales, la falta de voluntad política de los gobiernos a para erradicar la pobreza que agobia, que discrimina, que excluye, que provoca una migración forzada, hacia las grandes ciudades, el cual provoca la pérdida de la identidad, y del idioma.


La cultura maya no está en contra de la modernidad, ni de la tecnología, sino que ve en ésta una herramienta para fortalecer los conocimientos ancestrales.


De esta manera queremos lanzar nuestra voz a los cuatro vientos de nuestro país que es Belice y del mundo entero que CLAMAMOS paz, justicia e igualdad de derechos, oportunidades y que exista una legislación que asuma a los pueblos originarios con su propia cosmovisión y la tenencia de la tierra.


Queremos adherirnos a los países que han asumido de alguna manera el convenio 169 de la OIT donde plasma los derechos inherentes a la vida de los pueblos indígenas. Mismos términos que anhelamos para los pueblos mayas de Belice.


COMUNÍQUESE.


Bella Vista, distrito de Toledo, 19 de septiembre de 2010.